Varias culturas milenarias se disputan el origen del yoyó. Sin que estemos capacitados en esta página para determinar dónde y cuándo nace el yoyó, si queremos ofrecerte algunos datos curiosos para que tú saques tus propias conclusiones.
Origen del yoyó
Se piensa que el origen yoyó se sitúa sobre el año 1.000 a. C en China. Lo cierto es que no hay datos a través de los cuales podamos afirmarlo certeramente. Esta teoría se basa fundamentalmente en la idea de pensar, por ejemplo, lo extendido que estaba el diábolo (o yoyó chino) por esa época.
Se conoce la existencia de alguna pieza de cerámica ateniense datada entre 400-500 a.C. en la que se representa a alguien con un objeto similar a un yoyó pendiendo de un hilo. Por lo demás, nada más sabemos de su utilidad o características.
Fue muy popular entre los emigrantes de la Revolución Francesa, hasta el punto de que en esa época adquirió el nombre «emigrette» o «joujou de Normandie» (pudiendo ser esta última denominación el origen de su nombre actual). En 1789 una pintura realizada por Madame Lebrun representa a Luis XVII con 4 años de edad sujetando un yoyó. Sabemos también que algún tiempo más tarde, el 18 de Junio de 1815, Napoleón y su ejército tenían yoyós en su famosa Batalla de Waterloo.
La primera evidencia del salto del yoyó de la vieja Europa a Estados Unidos se produce en 1866 mediante un registro de una patente. Pero es en la década de 1920 cuando, gracias a un filipino llamado Pedro Flores, empieza el boom del yoyó moderno. Flores introdujo en Estados Unidos un yoyó tallado en madera con una singularidad muy importante: la cuerda no estaba atada de forma fija al eje sino que tenía una lazada alrededor de él. Este es el principio del yoyó moderno y el momento en el que se abría la puerta a un sinfín de trucos nuevos.
Donald Duncan, un fructífero empresario del momento, compró la fábrica de Flores y llenó el país de este popular juguete. Tras haber pasado por diversas manos, la empresa Duncan sigue fabricando yoyós y se considera el 6 de Junio (fecha de nacimiento de Donald Duncan) el Día del Yoyó, en honor al hombre que lo hizo popular.
Actualidad del yoyó
El yoyó es un fantástico pasatiempo que disfrutan personas de distintas edades alrededor de todo el mundo. Tiene la curiosidad de llamarse de la misma forma (o prácticamente igual) en todas las partes del mundo, con lo que ni siquiera el idioma va a ser una barrera para que lo practiques allá donde vayas.
Lejos de perderse por ser un juego analógico con una curva de aprendizaje relativamente difícil, el yoyó experimenta en la actualidad un auge progresivo, de manera que, generación tras generación se hace más popular y sofisticado. Hay competiciones a nivel regional y nacional en muchas partes del mundo. Concretamente en Asía, Oceanía y Estados Unidos es todo un movimiento que se refleja en actuaciones en televisión o en verdaderas performances realizadas por artistas callejeros.
Llegó la hora de elegir, ¿qué yoyó me compro?
La mejor manera de empezar en el yoyó es hacerte con uno que se ajuste con tu habilidad y con lo que esperas de él.
Si es tu primer acercamiento al yoyó o tu experiencia es sólo la de aquellos que teníamos en nuestra infancia, deberías empezar por un yoyó para principiantes. Elegir correctamente tu yoyó es sumamente importante ya que si optas por uno avanzado desde un primer momento, puede resultarte un poco frustrante (a no ser que estés dispuesto a tomártelo muy en serio). A continuación te mostramos varios modelos con una relación calidad-precio fantástica
Si por el contrario ya tienes cierta habilidad con él o consideras que es el momento de pasar a un reto superior, deberías buscar un yoyó avanzado. La diferencia entre uno y otro es fundamentalmente un truco, el bind. Gracias a este truco podrás sacarle todo el partido a un yoyo sin respuesta y, si estás dispuesto a ser constante, ¡ni te imaginas todo lo que serás capaz de hacer con uno de éstos!.
Lo realmente fantástico de este hobby es que tú decidas lo que esperas de él. Más allá de competiciones y del trabajo exigente que requiere cualquier modalidad sobre la que quieras tener cierta maestría, el yoyó puede ser sin más una manera muy divertida de pasar tu tiempo.
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